viernes, 12 de agosto de 2011

Historia de la pedagogía


La educación cristiana primitiva y la patrística.
En el mundo helenístico-romano se anuncio la “buena nueva” pretendía realizar un específico ideal pedagógico: formar al hombre nuevo y espiritual, en la segunda mitad del siglo I, anunciada por Jesucristo y predicada por sus discípulos en Grecia y Roma.
La fuerza particular del cristianismo consistía en pedir sentimientos como la fraternidad, la caridad y el amor ilimitado por el prójimo. El hombre que ya no era ciudadano de una ciudad real, se convertía en ciudadano de una ciudad ideal “ciudad de Dios”, por lo cual actuaba, combatía y padecía como por una patria mas autentica y verdadera.
La generación espiritual se manifiesta en la predicación misma de Jesús recogida en los tres Evangelios: San Mateo, San Marcos y San Lucas, llamados evangelios sinópticos, ya que se corresponden en sus partes y anuncian el reino de Dios, que establece el mundo de la justicia y el amor, sin importar la raza o la clase social.
El cuarto evangelio es de San Juan, la persona de Cristo se interpreta mediante el concepto del Logos, es decir Jesús como mediador entre Dios y el mundo y de salvador de la humanidad. Aquí se considera al cristianismo como un renacer del hombre que muere para la vida de la carne y revive en el espíritu, es decir, la verdad, la justicia y el amor.
La epístola de San Pablo presenta la alternativa entre la vida según la carne y la vida según el espíritu entre el antiguo hombre, que es el hombre corpóreo, y el hombre nuevo y espiritual.
La educación del cristiano precedía al acto del bautismo ya que con este acto se hacían parte de la comunidad cristiana. La preparación de los candidatos al bautismo se confió a sacerdotes especialmente preparados. La instrucción duraba de 2 a 3 años, pasaban por distintos grados y consistía esencialmente en la enseñanza de la historia sagrada del Antiguo Testamento, reprobaban que los adultos fueran aficionados a la literatura y a la mitología pagana.
El cristianismo identificó sustancialmente, en un primer periodo, filosofía y religión.
Este primer periodo es la patrística. Son padres de la Iglesia los escritores cristianos de la Antigüedad que contribuyeron a elaborar doctrinalmente el cristianismo y cuya obra ha sido asumida como propia por la iglesia.  Este periodo se considera concluido con la muerte de San Juan Damasceno para la iglesia griega (754) y de Beda el Venerable (735) para la iglesia latina. El periodo se puede dividir en tres partes: la primera hasta el año 200, se dedica a la defensa del cristianismo contra sus adversarios paganos y gnósticos. La segunda, desde 200 hasta cerca del 450, se dedica  a la formulación doctrinal de las creencias cristianas. La última, desde el 450 hasta el final del periodo se dedica a la reelaboración de las doctrinas ya formuladas.
Dentro del periodo de la patrística se encuentra San Agustín ya que es uno de los pensadores de la historia de la humanidad, quien supo plantearse los problemas claramente madurados por el cristianismo (trinidad, el mal y la materia y el destino final de las almas).  Según San Agustín por su misma naturaleza el hombre está ligado a Dios, ya que si fuéramos animales solo podríamos amar la vida carnal, si fuéramos árboles amaríamos lo que no tiene movimiento  ni sensibilidad. Pero como somos hombres, creados a imagen de Dios y por lo tanto podemos amar la verdadera Eternidad, la eterna verdad, el eterno y verdadero amor. El que el hombre haya sido creado a imagen y semejanza de Dios significa que sus actividades fundamentales corresponden a las personas divinas. Memoria, inteligencia y voluntad, las tres facultades del hombre, corresponden a las tres personas de la trinidad divina y como éstas constituyen una sola sustancia, así las tres facultades constituyen un alma única. Y que la huella divina es parte de las cosas naturales ya que son Ser, Conocer y Querer. Y que antes de la creación no existía el timpo, ya que el tiempo no tiene otra realidad que la de la vida interior del hombre, de la misma forma como la eternidad no es real sino como la vida de Dios.
En cuanto a la filosofía educativa rechaza la teoría platónica (mundo de las ideas) y expresa su teoría de la iluminación por la cual el conocimiento de toda verdad nueva no solo implica determinados signos o palabras que la ocasionan, ni también una efectividad y directa intervención divina que se realiza en nosotros como “iluminación” íntima. San Agustín afirma que el saber no pasa del maestro al discípulo como si este aprendiera lo que antes ignoraba, la verdad se halla presente por igual tanto en el alma del discípulo como en la del maestro; la palabra de éste hace que resuene con mayor claridad. Así, pues, solo hay un maestro, la verdad misma. De la misma forma el maestro se realiza en el amor con que se adapta al educando, con que desciende al nivel de su comprensión. Y en verdad al hacerlo así se educa y perfecciona a sí mismo, porque las nociones viejas se renuevan en quien las enseña con autentico empeño, con sincera dedicación, así que quien enseña aprende del que aprende.
La educación en la Edad Media y la Alta Escolástica
en los siglo VII Y VIII se produce una grave discontinuación en la actividad cultural de Occidente. Las condiciones de la vida en la Europa bárbara son a tan punto difíciles que la cultura queda reducida casia cero y todo lo que se puede hacer es salvar del naufragio algunos elementos que mas adelante alimentaran su resurgimiento.
En el resto de Europa empezó a florecer bajo la influencia de Carlomagno, cuyo móvil principal era procurarse un numero de funcionarios lógicos y eclesiásticos suficientes para administrar el imperio, de igual forma donde se pudieran fundar escuelas y difundir la cultura. La mayor creación fue la Academia Platina a la cual mando llamar de Inglaterra al Monje Alcuino (781). Dicha a cademia se convirtió en   el centro de la reconstrucción intelectual de Europa bajo Carlos el Calvo se llamó  para que dirigiera al mas grande intelectual y filósosfo del tiempo Juan Escoto Erigena quien estimuló una serie de decretos, la creación de escuelas en Italia y Francia.
Las escuelas de la Edad Media. En los siglos VI  y VII poco o nada había dejado de subsistir de las instituciones escolásticas laicas de origen pagano, de ese modo se crearon escuelas en las instituciones religiosas, es decir, al aparo de los monasterios, las parroquias y las catedrales. La institución superior se ofrecia en la escuela de los monasterios y las catedrales. En dichas escuelas se empezaron a otorgar diplomas de estudios que se denominaban licentia para enseñar en el área de la diócesis.
Las Universidades y escuelas comunales. Las instituciones catedralicias dieron origen a la más importante institución cultural de la Edad Media, la Universidad, que eran organizaciones para defender cualquier fin, pero como aumento el número de profesores y estudiantes se crearon comunidades de profesores a defender  los intereses y la disciplina de los estudios. Estas comunidades tenían un objetivo: proteger a los profesores contra el canciller, el obispo, el rey o en contra de quien intentara ejercer un excesivo dominio. Las universidades no tenían todas las facultades, que en aquel entonces correspondían a las artes liberales (derecho, medicina y teología). París fue famoso por la teología y Bolonia por el derecho.  

1 comentario:

  1. saludos, buen recorrido a la historia, solo faltan sus comentarios personales, respecto a su opinión pedagógica, saludos

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